El racismo es “muchismo”
Los jóvenes alicantinos se muestran cada vez más tolerantes con la inmigración y ven en el fenómeno algo positivo para todos
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El IES Almadrava organiza uno de sus talleres habituales para fomentar la relación entre diferentes culturas
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Que el tiempo es fugaz, nadie lo pone en duda. Hace tan sólo 70 años (breve período si tenemos en cuenta la Historia de la Humanidad) acababa en España una Guerra Civil que duró tres
años. Por entonces, vuestros abuelos, sin poder “ganarse el pan” en su país, emigraban hacia el extranjero para poder salir hacia delante. Ésta es tan sólo una de las muchas etapas que demuestran que la inmigración ha existido y existirá
siempre.
La inmigración es uno de los fenómenos sociales y demográficos
que más ha transformado a la sociedad española en las dos últimas décadas, según explica un estudio reciente del Ministerio de
Trabajo e Inmigración. En torno a un 12% de la población que reside en España es extranjera. En concreto, en la ciudad de Alicante casi el 10% de la población total es de otras nacionalidades, siendo las más habituales las procedentes
del hemisferio Norte de Europa Occidental. Sin embargo, también
se destaca en la ciudad un gran número de habitantes argelinos y marroquíes, sin olvidar a otro núcleo importante como son los
llegados de países sudamericanos. Alicante es en la actualidad, la
provincia con mayor porcentaje de extranjeros de toda España, por
delante incluso de Madrid y Barcelona, según confirma el estudio.
El incremento del número de inmigrantes vino de la mano de un
crecimiento económico sostenido en España. Una llegada de personas dispuestas a buscar empleo. Este aumento de la población permitió una mano de obra abundante, flexible y con sueldos precarios dispuestos a trabajar en sectores como el de la construcción, la agricultura o el de servicios. Hasta aquí no hay ningún problema. Sin embargo, a finales del año 2007, España se ve sumida en una grave crisis económica y financiera que trae consigo un descenso imparable de los niveles de desempleo. Es entonces cuando surge un conflicto mayor en diferentes ámbitos. Ahora se cuestiona tanto la llegada de los nuevos inmigrantes, como el de los ya residentes en el país.
Xenofobia en las aulas
La mayoría de jóvenes alicantinos se muestra tolerante y a favor de la inmigración, según informa el estudio “Jóvenes e Inmigración”
del Injuve. Realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la investigación muestra que el 48% de los encuestados, de una muestra total de 1436 jóvenes de entre 15 y 29 años, ve la inmigración como algo positivo para todos. No obstante, dos terceras partes opina que el número de inmigrantes es excesivo y que es necesario controlar la llegada de éstos.
El IES Almadrava cuenta desdehace cuatro años con un grupo de mediación que ayuda a los estudiantes del centro a terminar con
los conflictos en las aulas. Alicia Peralta, psicóloga y coordinadora
del grupo de mediación de este instituto afirma: “Los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y 18 son los menos receptivos con los inmigrantes y suelen ser más radicales en sus comentarios”.
También explica que “gracias a los trabajos que realizamos en este grupo, en los que participan tanto profesores como alumnos, hemos
llegado a crear una convivencia más sana y pacífica en el centro
educativo”.
Otro gran proyecto, que pretende acabar con el racismo y la xenofobia en las calles de la provincia alicantina, es el que dirije Manuel Palomar. El trabajo que encabeza es DiversAlacant, llevado a cabo por el departamento de Área de Coordinación en el Ayuntamiento de Alicante. Éste fomenta la interrelación entre las diferentes culturas que conviven en la ciudad de Alicante a través de diferentes encuentros. “Se realizan una serie de reuniones entre alicantinos e inmigrantes para solucionar el problema de la desigualdad en diferentes ámbitos”, explica Manuel Palomar. “No se trata sólo de acabar con el racismo y la xenofobia, sino de hacer una convivencia vecinal agradable e intercultural, donde todos aprendemos los unos de los otros”, comenta con un gesto amable.
Conclusiones al problema
Los sectores más maduros de la población son siempre más respetuosos y comprensibles que los jóvenes. Muchos de ellos, afirman que los adolescentes son xenófobos dependiendo del país de procedencia de los inmigrantes. Así, los jóvenes adoptan términos despectivos como “moros” o “sudacas”.Pero sin embargo, no otorgan calificativos parecidos con los extranjeros que vienen de países europeos. Además, los mayores piensan que gracias a la habitual convivencia en las aulas de españoles e inmigrantes, el problema de la xenofobia desaparecerá muy pronto.
Está claro que la inmigración es un fenómeno imposible de erradicar. Pero poneros en el lugar de vuestros abuelos. Si en la época de la Guerra Civil, hubieseis tenido que ir a un país diferente a buscaros la vida y os hubiesen marginado como hacen muchos jóvenes en España ¿Cambiaríais ahora la forma de pensar sobre todas esas personas que llegan a vuestra ciudad a tener una vida mejor? Seguramente, sí.